Reseña publicada en el nº 123 de la Revista Ábaco

Horacio Capel, Azares y decisiones. Recuerdos personales
Horacio Capel
Doce Calles
Aranjuez-Madrid, 2019
333 páginas

Reseña por Leoncio López-Ocón Cabrera

El autor de esta obra se define como un “artesano de la ciencia”. Pero quienes le han leído y tratado, además de estar conformes con esa autopercepción, saben también que ha sido uno de los geógrafos más influyentes y laboriosos del sistema académico español en las últimas décadas. De su dilatada trayectoria intelectual, de sus múltiples inquietudes como geógrafo y de la amplitud de su producción científica dan cumplida cuenta los atractivos y densos recuerdos personales trenzados por Horacio Capel, a modo de testamento vital y rendición de cuentas de su quehacer profesional.

El libro responde a una autoexigencia impuesta por su autor, quien es firme partidario del género memorialista.

Las memorias son una fuente inapreciable para el conocimiento del pasado a las que evidentemente el historiador ha de someter a crítica, pues la memoria es una facultad de nuestro entendimiento falible y quienes las hacen son conscientes de sus limitaciones. Así el mismo autor del libro afirma “Tan importante es lo que se dice como lo que se deja de decir…He olvidado algunas cosas, a veces conscientemente” (p. 14). Sería interesante indagar en esos olvidos y considerar si se pudiera recuperar alguno de ellos, entre los que mencionaré la ausencia de José Sala Catalá en la nómina de historiadores de la ciencia que aparecen mencionados en esta obra, a cuya obra póstuma “Ciencia y técnica en la metropolización de América” Horacio Capel dedicó un largo, profundo y sentido prólogo.

Pero independientemente de los problemas que genera la tensión entre memoria e historia, subyacente al ejercicio autobiográfico, los recuerdos hilvanados por Horacio Capel dan lugar a un libro estimulante y sugerente, al que cabe contemplar como un interesante ejercicio de ego-historia, en tanto en cuanto que sus páginas ayudan a explicarnos las condiciones históricas en las que ha surgido y desplegado la obra de un geógrafo que también ha efectuado contribuciones importantes a la historia de la ciencia.

En efecto, las páginas de estas memorias permiten conocer mejor la trayectoria vital y los programas de investigaciones de un distinguido docente e investigador que ha realizado contribuciones sustantivas a la geografía urbana y a la teoría e historia de la geografía durante el último medio siglo. Y contribuye a entender la interrelación entre los azares y las decisiones que han modelado una vida y explicado la configuración de una obra intelectual.

Tal importancia le concede Horacio a ese juego –dado que el azar juega y dispone en nuestras vidas- que se convierte, en cierta medida, en el eje vertebrador del libro y en el hilo de sus respectivos capítulos que suelen culminar con un balance sobre el peso de cada uno de esos elementos en las diferentes etapas de su trayectoria vital y científica.

De hecho, ya en el inicio expone su punto de vista al respecto: “en la vida y en la profesión los azares y las decisiones son determinantes para el curso posterior de los acontecimientos.

Sitúan las cosas en una posición concreta, que influye en el derrotero posterior. Y ofrecen oportunidades diversas. Algunos azares se convierten en determinantes para el futuro. Pero es claro que no son determinaciones absolutas. A partir de todo ello, las personas toman decisiones…”

El libro tiene interés para públicos diversos por la riqueza de informaciones, observaciones, reflexiones de diverso tipo contenidas en él acerca de múltiples lugares, personas, instituciones, libros que desfilan ante nuestros ojos en un animado friso, formado por múltiples viñetas con las que se dividen los nueve capítulos de la obra. Todos ellos están engarzados por una perspectiva particular, la geográfica, que permite ver aspectos que otros no ven, habituados los geógrafos a utilizar las alturas para tener un panorama general, como explica el autor en un momento dado de su obra (p.92).

Un lector común dispondrá de ricas informaciones sobre la vida cotidiana de las ciudades de Lorca y Murcia en las que vivió y se formó Horacio Capel en la década de 1950 y primeros años 1960, o sobre la atmósfera cultural de la ciudad de Barcelona en el último tercio del siglo XX, cuando nuestro autor desplegó en su Universidad el grueso de su obra científica promoviendo un sinfín de iniciativas. Un lector más informado, sea estudiante universitario o un geógrafo profesional, hallará un razonado análisis de cómo se han ido configurando los programas de investigaciones de uno de los impulsores y renovadores de los estudios geográficos en nuestro panorama académico. Unos y otros encontrarán una defensa de la capacidad de servicio público de los profesores universitarios, aprenderán también términos nuevos como el murcianismo escarcullar y se sonreirán con las numerosas gotas de humor esparcidas acá y allá a lo largo de las hojas del libro. Así, al evocar a su abuela materna, desencadenante de recuerdos personales que se remontan hasta el siglo XIX, nos la presenta como una mujer inteligente poseedora también de una fe instrumental de manera que en su opinión “las cosas de Dios hay que creerlas y no escarcullarlas” (p.38). Para quien  no lo sepa escarcullar significa: examinar, inquirir, averiguar.

Las notas humorísticas salpican las páginas de estos Azares y decisiones. En los capítulos evocadores de la España franquista en la que se formó, el autor nos trae a colación decires y sentires de los disidentes y opositores de la dictadura, sarcásticos, ante determinadas figuras del régimen franquista.

Así, cuando en la radio nacional quería comentar la actualidad política el famoso periodista Pedro Gómez Aparicio los oyentes antifranquistas apagaban la radio por lo que ese comentarista era popularmente conocido como don Pedrogo, ya que nunca se escuchaba su nombre completo (p.52). O nos presenta a personajes pintorescos que poblaban las aulas universitarias, inspiradores de la gran novela Escuela de Mandarines de Miguel Espinosa, sátira extraordinaria del régimen franquista y su “Feliz Gobernación”.

Uno de ellos fue un profesor de Derecho Político, falangista, que en un discurso memorable sostuvo que el Movimiento Na172 cional había venido “a superar la antinomia planteada por Heráclito y Parménides entre el ser y el devenir” a lo que el público asistente reaccionó con aclamaciones a Franco (p.59).

Azares y decisiones es una obra estimulante y atractiva por varios motivos. Brinda, por un lado, la posibilidad de ampliar las fronteras de nuestros conocimientos dado el enorme caudal de datos, informaciones, lecturas, reflexiones metodológicas contenidas en ella. Entre ellas es interesante traer a colación las consideraciones de Kant, que se encuentran en el acápite “Describir e interpretar un mundo cambiante” del interesante noveno capítulo “Geografía, historia de la ciencia y filosofía” en el que el autor explica las etapas y evolución de su programa de investigaciones que se bifurcó hacia 1976.

En ellas el filósofo ilustrado de Königsberg sostuvo que “la Geografía y la Historia juntas llenan el área entera de nuestra percepción: la Geografía la del espacio, la Historia la del tiempo”. También nos encontramos en esta obra, de vez en vez, con atinados consejos sobre cómo ha de ser el trabajo de los investigadores. Por ejemplo, al sostener que lo mejor es enemigo de lo bueno, o cuando destaca la importancia de la emulación en nuestra actividad laboral recordando la sentencia que expresó Isidoro de Antillón, que allá por 1806 animó a que el que lo pueda hacer mejor, que lo haga.

Por otra parte, cabe apreciar la capacidad de Horacio Capel en interrelacionar las tres escalas en las que se desenvuelven sus recuerdos personales: la individual y la social, en su doble dimensión micro y macro. Uno de los aspectos atractivos de este libro radica, a mi modo de ver, en el carácter reflexivo sobre la configuración de un “yo”, marcado por una concatenación de azares que modelarán la personalidad del autor. Entre ellos cabe destacar el de una familia con vínculos con Argentina y Brasil, por migraciones de algunos de sus integrantes, una ciudad natal —Lorca— con un instituto que tenía una excelente nómina de profesores, entre los que destacaba su catedrático de Filosofía Juan Carlos García-Borrón, las vivencias en la capital provincial, Murcia, en cuya Universidad cursó estudios universitarios de Filosofía y Letras y donde tomó la decisión de orientarse hacia la geografía por el magisterio ejemplar de Juan Vilá Valentí. A partir de entonces se concatenaron azares y decisiones, en las que se entremezclan amigos, colegas, alumnos, libros, editoriales en Europa y las Américas que orientan y dan sentido a la fértil y compleja trayectoria del científico social Horacio Capel marcada por dos grandes ejes: el del geógrafo urbano que le llevó a escribir obras como Lorca, capital subregional, y el de teórico e historiador de la geografía que le impulsó hacia 1976 a entrar en contacto con los historiadores de la ciencia, y a producir obras tan significativas como Geografía y matemáticas en la España del siglo XVIII, entre otras muchas.

Se caracteriza este libro por el permanente esfuerzo del autor en mostrar la interrelación entre su vida con los contextos sociales e institucionales en los que se ha producido su fértil, prolífica y compleja obra, inspirado por grandes referentes a los que alude de vez en vez.

Entre ellos cabe destacar las autobiografías del historiador Eric Hobswamn, Años interesantes, o la del geógrafo Yi-Fu Tuan ¿Quién soy yo? o la interpretación histórica que hizo Arthur Mitzman de la obra del sociólogo Max Weber en su libro La jaula de hierro. Asimismo ofrece pistas para profundizar en temas variados que han sido importantes en la vida y obra del autor de este libro como la importancia del ambiente de los colegios mayores en la formación de los estudiantes provincianos que se trasladaron adolescentes a cursar estudios universitarios en lugares de residencia lejanos a su domicilio familiar; las vicisitudes de la historia de la ciencia como campo del conocimiento en nuestro medio académico en las últimas cuatro décadas; y la importancia de la dimensión latinoamericanista de nuestra acción cultural y diplomacia científica.

En el año 2015 Luis Urteaga y Vicente Casals publicaron un importante libro homenaje a Horacio Capel, editado por la Universidad de Barcelona. En él colaboradores, amigos y colegas glosaron diversos aspectos del complejo árbol del conocimiento plantado por este maestro de geógrafos e historiadores de la ciencia españoles y latinoamericanos. Azares y decisiones ha de ser contemplado como un excelente y oportuno complemento a esa obra colectiva coordinada por dos de sus más destacados discípulos.

Reseña publicada en el nº 123 de la Revista Ábaco