Reseña publicada en el nº 120-121 de la Revista Ábaco

Estancias Romanas.
Ernesto Baltar
Editorial Comares. Granada, 2024.
ISBN: 9788413697871
108 páginas; encuadernación en tapa blanda. PVP 12,35 €

Reseña por Laura Álvarez Francisco

Ernesto Baltar es doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de Filosofía en la Universidad Rey Juan Carlos, donde imparte Historia de la Filosofía Medieval y Moderna. Es autor de diversos libros como: Ciudades en fragmento (Premio Internacional de Literatura de Viajes Ciudad de Benicàssim), Pensamiento barroco español: filosofía y literatura en Baltasar Gracián y Julián Marías: la concordia sin acuerdo, también es colaborador de la revista Ábaco y otras revistas culturales.

En esta excelente obra Baltar se propone —y lo consigue— dar un homenaje a una ciudad singular cual es Roma, una urbe especial que se entremezcla en el desarrollo del libro con la propia identidad del protagonista, que espera reencontrarse en cada esquina con su sombra, de tal modo como si se encontrase frente a un espejo que supiera descifrar su mente y sus sentimientos o emociones.

En este sentido el autor nos induce a hacer una inmersión en esta ciudad eterna. «Roma está llena de todo Como un bazar inagotable y mágico. Es vida resumida, compendiada de lo más bajo a lo más sublime de lo más vil a lo que nunca muere».

Los poemas de Estancias romanas son una celebración del instante y una elegía del tiempo, un recuento alucinado del paso de las horas y la perplejidad de la vida. «Que sea la palabra plena el ojo que recoge cada día la inmensidad del mundo la celebración del arte la vida en su belleza singular sencilla, quieta».

En este libro Ernesto Baltar nos hace sentir partícipes de su percepción vital en su discurrir por la villa romana, como gran viajero que es, y nos va expresando su personal recorrido iniciático. «Todos somos coleccionistas, unos de obras, yo de lugares y vivencias. Atesoro momentos, personas, miradas, objetos, sensaciones, experiencias…»

Como dice la cita de José Jiménez Lozano que figura al inicio del libro: «Es tan admirable la vida y tan admirable el hombre, que todo debiera conservarse, absolutamente todo: la luz de la mañana, los sonidos de la tarde, y cada cosa que le sucede a cada hombre. Incluidas sus fantasías, sus deseos eróticos o criminales, estúpidos o nobles, sus dudas, sus miedos, sus sufrimientos, la pobre ceniza de su mediocridad, los objetos, las naderías. Nada debería perderse. Por misericordia, y para ejercerla con nosotros mismos».

Sin duda, este es un libro que nos debe acompañar en nuestro próximo viaje, no solamente a la capital de Italia, también para una placentera lectura tras el paseo por cualquier ciudad querida o soñada.

Reseña publicada en el nº 120-121 de la Revista Ábaco