Reseña publicada en el nº 112-113 de la Revista Ábaco

Eduardo Infante y Cristina Macía
Editorial Rosamerón. Barcelona, 2022
ISBN 978-8412473926

Reseña por José Parejo Mota
Profesor de filosofía

Pensar y comer

Es muy difícil que un libro sea interesante, sugerente y divertido. Cristina Macía, escritora y traductora, y Eduardo Infante, profesor de Filosofía, lo han conseguido. Lo digo con total sinceridad. Y lo he comprobado al leerlo.

Escribe el profesor Ignacio Fdez. de Castro que la filosofía es un «terco amor a la verdad» y parafraseando al poeta Gabriel Celaya también recuerdo que la «Filosofía es un arma cargada de futuro». Y eso que, en estos tiempos y en distintos lugares, se están dando de manera explícita intentos y proyectos para reducirla en el campo de la enseñanza, cuando no, de suprimirla explicitamente. Así, sin complejos. Anulemos esa «funesta manía de pensar», anulemos esa incitación a que los jóvenes, y no tan jóvenes, piensen. ¡ Ay, Sócrates, Sócrates, revolviéndose en la tumba de la memoria ¡.

La lectura de este libro hace necesario y pertinente el reivindicar que no sea así. Es una obra de originalidad temática, además de sugerente y muy amena. En pocas ocasiones se juntaron los temas del pensar y el comer, para reflexionar y descubrir una mirada filosófica sobre ello. Recordemos que la primera, y casi única vez, fue Friederich C. E. Barón Von Baers, cuando se usó el término Gastrosofía, en una obra titulada: «Gastrosofía o las enseñanzas de la mesa».

A mi juicio el libro sugiere tres ejes sobre los que caminar: Uno, la relación, vital y filosófica entre el comer y el pensar, en segundo lugar, la relación entre el comer y el placer, y, en tercer lugar, la del comer y la Ética. Confluyen esos tres caminos, en la reflexión de que es todo ésto lo que nos hace humanos.

Destacar este libro, no solo por sus contenidos, a la vez por la forma en que está planteado, combinando las historias con anécdotas, autores y hasta recetas al final de cada capítulo. Mencionar también, que los mismos autores han señalado como, en este campo, la aportación de las mujeres filósofas, que la hubo y abundantes, ha sufrido el histórico «olvido y borrado», a que nos tiene acostumbrados el tenaz patriarcalismo. Esto les honra.

«El hombre es lo que come», sentenció, en 1850, nada más y nada menos que L. Feuerbach. Así que de comer como necesidad vital a comer y cocinar como hecho cultural, y hasta artística, que nos humaniza, declaró Maciá.

A lo largo de la obra vamos recorriendo, y disfrutando, sobre el veganismo pitagórico, la frugalidad de Platón, la amistad y la comida de Aristóteles, la gula como pecado medieval, la recuperación del Renacimiento, Hegel, Kant, etc., etc.

Sorprendente y divertido, pero no por eso menos riguroso, recorrido de la historia de la filosofía, desde una mirada distinta sobre lo que comieron, pensaron, e incluso, se inspiraron.

Por tanto, un libro de sobrado interés, en el que incluso se aborda el comer y la salud (allá, por Al-Andalus, con Avicena y Averroes).

Señala Cristina Macía ,y estoy de acuerdo, que es «Un libro escrito para que la gente se ría mucho, aprenda un poquito y coma muy bien».

Así que lo recomiendo encarecidamente, y más cuando he sabido que los autores cocinaron y degustaron las recetas.

Esto si que es implicarse con la obra…

A disfrutarlo con gusto, nunca mejor dicho aquello de Forges: «Pienso luego estorbo».

Reseña publicada en el nº 112-113 de la Revista Ábaco