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Extracto del artículo publicado en el nº 111 de la Revista Ábaco

Gelson Vanderlei Weschenfelder
Estudiante de postgrado
Procesos y manifestaciones culturales
Universidad Feevale

Ernani Mügge
Profesor en el PPG en procesos y manifestaciones culturales y en el Máster profesional en literatura
Universidad Feevale

Los cómics de superhéroes (historietas), desde el punto de vista de una gran parte de la población, están destinados especialmente a niños y adolescentes y sólo sirven de entretenimiento. Esta visión, sin embargo, necesita una revisión, ya que, además de entretener, pueden tener otra finalidad: la de actuar sobre el sujeto, involucrándolo en un proceso de autoconocimiento y, en consecuencia, animarlo a tomar posiciones en relación a sí mismo y al mundo.

La acción de los cómics sobre el lector se produce porque introducen y abordan de forma significativa algunos temas de suma importancia en la vida de los seres humanos, que están relacionados con su vida cotidiana. Se trata de cuestiones relacionadas con la superación de la adversidad, la construcción de la identidad personal, elementos de la ética, la moral, la justicia, el enfrentamiento de los miedos, las situaciones de violencia, entre otros (WESCHENFELDER, 2011).

El reconocimiento de la naturaleza y la identificación de las funciones del cómic son condiciones importantes para la cualificación de un proceso educativo que tiene como objetivo la formación integral del individuo. Esta toma de posición en relación con el género en cuestión es aún más relevante si consideramos el creciente número de personas que viven en condiciones desfavorables en Brasil y en el mundo, por lo tanto, insertas en un contexto de vulnerabilidad. Ante esta situación, muchos profesionales del ámbito de la educación, la psicología y las ciencias afines han tratado de recaudar fondos y estudiar las posibilidades de invertir en investigaciones que aporten conocimientos sobre intervenciones psicoeducativas positivas. Las intervenciones positivas buscan ayudar y apoyar la búsqueda de la felicidad y el alivio de los síntomas de la depresión en el plano de la prevención, es decir, planificando e “interviniendo antes de que aparezcan las patologías, cuando el individuo, el grupo o la comunidad todavía están sanos” (YUNES, SILVEIRA, JULIANO, PIETRO Y GARCíA 2013, p. 231).

Un grupo, en particular, que merece la atención de los investigadores, se refiere a los niños y jóvenes que, por las peculiaridades de estas etapas del desarrollo, están expuestos a condiciones que pueden dar lugar a comportamientos, patrones de conducta y rutinas que a veces perduran hasta la edad adulta (WINDLE et al., 2004; ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, 2004). Reiterando esta preocupación en Brasil, el más reciente balance del gobierno (enero a julio/2015) reveló el registro de 66.518 denuncias de violaciones de derechos humanos. De ellos, 42.114 están relacionados con violaciones de los derechos de los niños y adolescentes. Por lo tanto, en el 63,2% de los casos, los destinatarios de las violaciones son niños y adolescentes, que constituyen un segmento muy frágil de la población brasileña. Según el estudio de la Secretaría, los abusos registrados contra los niños y adolescentes se concentran más en los episodios de negligencia (definida como ausencia o ineficacia en el cuidado), con un 76,35%, seguido de la violencia psicológica, con (47,76%), la violencia física, (42,66%) y la violencia sexual, (21,90%). Los estudios indican que los niños que han experimentado el abandono o la negligencia de sus padres, el abuso y otros tipos de violencia y/o privación tienen mayores tasas de comportamientos de riesgo en la edad adulta (COLE, 2014; JUFFER & VAN IJIZENDOORN, 2005). Sin una intervención adecuada, resultados como la baja autoestima, las tendencias suicidas, el consumo de sustancias y las conductas sexuales de riesgo, entre otros, pueden empeorar a lo largo de la adolescencia y perdurar en la edad adulta (ZAPPE & DELLl`AGLIO, 2016).

En respuesta a esto, varios profesionales, de diferentes áreas, especialmente de Educación y Psicología, buscan soluciones a las amenazas a la salud mental de los niños y adolescentes en riesgo. En este sentido, los proyectos de intervención centrados en la promoción de la resiliencia deben ser priorizados como una posibilidad de prevención. El presente trabajo, que propone la lectura y el análisis de cómics en el aula, se suma a los debates sobre el tema.

Intervenciones positivas en la educación

La responsabilidad de la escuela de promover, junto con la familia, el pleno desarrollo de los niños y adolescentes es un consenso. Sin embargo, es en este mismo contexto escolar donde se registran numerosas y frecuentes manifestaciones de conductas agresivas, conflictos y expresiones de intolerancia (ABROMOVAY, 2002; PORTELA, DALBOSCO, 2016). Las características de esta violencia involucran el bullying (FERNANDES et al, 2017; FERNANDES, 2016), la agresión física y verbal entre pares o contra educadores, las depredaciones en la estructura física de los espacios, el consumo de drogas, el porte de armas, los prejuicios y la discriminación, entre otros (PORTELA, DALBOSCO, 2016).

Es innegable la implicación de los riesgos causados por estas situaciones en la salud social de los jóvenes y, sobre todo, en la constitución psicológica de los adolescentes en desarrollo, como daños en las relaciones sociales; disminución de la calidad de vida; impactos en el desarrollo emocional; depresión; trastornos postraumáticos, entre otros (PORTELA, DALBOSCO, 2016). Ante esta realidad, se podría afirmar la necesidad de planificar y poner en marcha muchas intervenciones de protección o “intervenciones psicoeducativas positivas”. El objetivo que se busca con estas intervenciones sigue los principios de la Psicología Positiva y va en la dirección de provocar reflexiones que orienten a los jóvenes a buscar la felicidad y aliviar los síntomas de sus experiencias de sufrimiento y dolor (SELIGMAN, STEEN, PARK & PETERSON, 2005). Además, son acciones que buscan promover la resiliencia, a través de transformaciones de sí mismos y de su entorno social (YUNES, 2015) y, en consecuencia, el fortalecimiento personal y social. Según Yunes, Silveira, Juliano, Pietro y García (2013), el diseño y la realización de una intervención positiva propone actuar de forma preventiva, es decir, operar en la etapa en la que los individuos, los grupos y las comunidades todavía están sanos y son productivos. Estas intervenciones sólo son posibles si sus responsables parten de una visión más optimista del ser humano. Este es un reto importante en el mundo actual, muy mediático, que se caracteriza por la oferta y el consumo masivo de titulares y reportajes que venden el lado perverso y malvado de algunos seres (in)humanos (WESCHENFELDER et al, 2018). Así, se justifica el desarrollo de intervenciones positivas en los entornos educativos formales, que pueden dar lugar a acciones dirigidas a promover el aprendizaje transformador y generar resilienciaapartirdeejemplosinspiradorese interacciones de buen trato (WESCHENFELDER,2020b).Entrelasacciones estálainsercióndelgénerodelcómic -con sus diversos superhéroesen la lista de lecturas a realizar en clase, con la mediación del profesor.

Cómic: origen y aparición del superhéroe

Las tiras cómicas aparecen inicialmente en los periódicos a finales del siglo XIX. Era la época del boom de la prensa norteamericana, que apostaba por la promoción de los suplementos dominicales, de color, que acompañaban a los periódicos (MOYA, 1977). Existen controversias sobre la aparición del primer cómic, pero muchos indican que fue el “Yellow Kid”, creado por Richard Fenton Outcault, en 1895. La versión presentaba a un chico con un jersey amarillo (de ahí viene la expresión “periodismo amarillo”, en EEUU), que desplegaba frases panfletarias o cómicas, llevando un comportamiento anarquista contra el establishment (MOYA, 1977). A partir de este éxito, se crearon otros personajes para dar origen a los cómics. El término inglés significa “comedia”, ya que los primeros cómicos aportaban personajes caricaturescos y satírico-humorísticos, característica que estaba en consonancia con su finalidad: lacríticasocial. El éxito de los encartes situó a los cómics en un lugar destacado unas décadas después. Como consecuencia, en 1937 se convirtieron en revistas semanales, las Comic Books, comercializadas de forma independiente. En ellas, el héroe asume un papel predominante. La nueva condición -y constitucióntiene una explicación: Estados Unidos vivió, a lo largo de los años 20, una grave crisis económica, que culminó con el crack bursátil de 1929. Para Viana, esto trajo “la necesidad de un individuo fuerte y resistente, un verdadero ‘héroe’” (2005, p. 22), que llegó a materializarse, años después, en los cómics. Marny (1970) reconoce que existe, en ese momento, una “divinización del héroe”, que surge de una necesidad social. Knowles argumenta que el pueblo estadounidense estaba, en ese momento, asustado, porque había vivido todos estos acontecimientos. Así, los personajes de los cómics de superaventura “proporcionaban consuelo y una cierta evasión de la realidad” (2008, p. 23).

En este orden, los cómics del género de superaventura (superhéroes) sustituyen a los antiguos cómics, con sus dibujos caricaturescos y sus historias cómicas, característicos desde la aparición de los cómics con “Yellow Kid” en 1895.
Los superhéroes nacen, por tanto, como consecuencia de un episodio vinculado al sector económico -el crack bursátilque provocó una catastrófica depresión mundial. Los bancos quebraron, la gente perdió propiedades y puestos de trabajo, la criminalidad creció. En Europa, un dictador prometía grandes cambios (Adolf Hitler). Según Morrison (2012), el escenario estaba preparado para la respuesta de la imaginación del Mundo Libre.
El terreno, por tanto, estaba preparado para la aparición del género de superhéroes con la figura del superhéroe. Para Chopra, “estos superhéroes se necesitan desesperadamente para resolver nuestras crisis en un mundo atenazado por los conflictos, el terror, la guerra, la ecodestrucción y las injusticias sociales y económicas” (2012, p.14). Estos personajes son, por tanto, a juicio del autor, el reflejo y el anhelo de la sociedad desde su aparición, que alivian a la gente, porque actúan sobre su imaginario, en un contexto de profunda crisis.

Pero, ¿quién creó estos personajes? Es posible argumentar que los cómics del género de superaventura surgieron de la conciencia de los oprimidos que no pueden imaginar que ellos mismos son los agentes de su liberación. Ante la casi inexistencia de héroes en el “mundo real”, depositan sus esperanzas en los héroes que producen, que aparecen como sustitutos de los de su imaginario (VIANA, 2005, p. 24).
Como se puede observar, el superhéroe surgió en medio de las crisis del siglo XX (Gran Depresión, inicio de la Segunda Guerra Mundial, etc.). Para Knowles, el pueblo estadounidense tenía miedo porque había vivido todos estos acontecimientos. Así, los personajes de los cómics de superaventura “proporcionaban comodidad y una cierta evasión de la realidad” (2008, p. 23). Así nació uno de los objetos de entretenimiento -y de educaciónmás aclamados y consumidos de la cultura.

Los superhéroes y el público infantil

Los superhéroes estimulan en los niños virtudes como la valentía, la fuerza para afrontar los retos, superar los miedos; la actitud de proteger a los más débiles, la defensa de ideales positivos, etc. (WESCHENFELDER, 2011). En este sentido, representan los atributos que los humanos más admiran en sí mismos. Por lo tanto, los personajes son más que ídolos, son modelos morales. Esta postura va en contra de la idea generalizada de que los cómics -y sus adaptaciones a dibujos animados para televisión y películasson perjudiciales para la formación de los niños y/o adolescentes. En el enfrentamiento del “Bien contra el Mal”, tema recurrente en los cómics, no se induce al lector/espectador a la violencia; por el contrario, las enseñanzas desencadenan estrategias de resolución de conflictos con dignidad (WESCHENFELDER, 2011). Así, los cómics pueden ser potentes herramientas educativas, especialmente para encontrar ejemplos de superación y afrontamiento de situaciones difíciles que hagan referencia al constructo de resiliencia (MASTEN, 2014; WALSH, 2005; YUNES, 2015).

Mattel Brasil, el mayor fabricante de juguetes, junto con el instituto de investigación GFK Indicador, realizó una encuesta con niños para entender qué función ocupan hoy los héroes en el imaginario infantil. El estudio reveló que, entre otros aspectos, estos personajes tienen una función esencial en la formación del público infantil, ya que los superhéroes estimulan virtudes, como el valor para afrontar los retos, el vigor para superar los miedos, proteger a los más débiles, defender los ideales y luchar contra lo inaceptable. Más que ídolos, son modelos de conducta. Sin embargo, no están desprovistos de miedo y, precisamente por ello, son una fuente de valor (GFK INDICATOR, 2008).

Otro ejemplo emblemático sobre los superhéroes y el afrontamiento de situaciones estresantes lo encontramos con los pacientes de la sala de oncología pediátrica del Hospital A. C. Centro Camargo, en São Paulo. Este Hospital se ha dado a conocer por haber conseguido una “superayuda” en el tratamiento del cáncer infantil, o mejor dicho, una “superfórmula”. En un intento de reforzar la esperanza de los niños y alimentar sus ganas de luchar contra el cáncer, la sala se transformó en la “Sala de la Justicia”, nombre que alude a la ubicación del equipo de superhéroes de DC Comics. Héroes como ‘Batman’, ‘Aquaman’, ‘Wonder Woman’, ‘Green Lantern’, entre otros de la ‘Liga de la Justicia’, tienen mucho éxito y son muy populares entre los niños. El espacio fue redecorado en su totalidad: la sala de los juguetes se convirtió en la Sala de la Justicia, las puertas y los pasillos fueron pegados y la fachada ganó una entrada exclusiva para los pequeños héroes, que, en realidad, eran los pequeños pacientes que sufrían diferentes tipos de cáncer (CENTRO A.C. CAMARGO, 2014).

El proyecto se puso en marcha en 2013 y contempla una serie de acciones que fueron creadas por la agencia JWT. La iniciativa pretende ofrecer más ligereza al tratamiento del cáncer infantil. Además de los espacios, también se han remodelado los contenedores utilizados para la quimioterapia y se les ha dado un nuevo aspecto, rodeados de cápsulas basadas en los uniformes de los superhéroes.

Utilizar a los superhéroes, como fue el ejemplo de este proyecto, refuerza la idea central de esta propuesta, que es investigar y buscar promover expresiones de resiliencia en los niños que padecen la enfermedad, trayendo a los personajes como modelos de superación, coraje y fortaleza. La adaptación de los objetos utilizados por los superhéroes en utensilios de medicina establece un paralelismo entre las batallas de los personajes contra el mal y la propia batalla del niño contra el cáncer. Este enfoque trabaja con la idea de invencibilidad, en la medida en que el niño utiliza como modelo al superhéroe y su superpoder, que simbólicamente le dará poder en lugar de debilitarlo. De este modo, “convence” al niño de que, al igual que el superhéroe, él también tiene el poder de enfrentarse a cualquier reto, como la batalla contra su enfermedad.

El artículo completo está disponible en el número 111 de la Revista Ábaco.
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