Extracto del artículo publicado en el nº 110 de la Revista Ábaco

Roberto García Sánchez
Psicólogo general sanitario, tutor y docente
Departamento de psicología clínica, psicobiología y metodología Universidad de La Laguna

Laura Romero de los Reyes
Graduada en Psicología
Universidad de La Laguna

Antonio M. León Mendoza
Licenciado en Medicina y Cirugía
Universidad de La Laguna

Hablar hoy de Hispanidad parece traer recuerdos de épocas de oscurantismo y pillaje, donde actualmente no se tiene claro si se trata de un concepto supremacista o de una visión integradora. En este trabajo se pretende incidir en que, más allá del contenido geográfico o cultural derivado de un periodo temporal de unidad territorial, éste concepto incluye también una forma, al menos en lo que se refleja en documentos como el testamento de Isabel I de Castilla, las Leyes de Indias de los Austrias, de entender la aventura del Descubrimiento y colonización de las tierras americanas y del Asia español o la Constitución de Cádiz de 1812.

Creemos muy necesario reivindicar un pasado con luces (sin pretender una evocación idealista) y sombras (no tantas como la Leyenda Negra Angloholandesa se empeñó en propagar) para, desde un presente de reconocimiento (en el sentido de volver a conocernos), construir un futuro de unión y enriquecimiento cultural mutuo.

Metodología

El método empleado para llevar a cabo este trabajo ha sido dividido en dos partes. Lo primero que se ha realizado es una revisión bibliográfica-histórica sobre el concepto de Hispanidad. En esta revisión se profundiza en el nacimiento y evolución de dicho término, así como en las circunstancias históricas que han ido acompañando a los cambios en su concepción. Con esta revisión e indagación se pretende crear una base teórica con un marcado carácter prospectivo. La segunda parte de este trabajo se encuadra en la creación y desarrollo de un instrumento de recogida de datos, una entrevista estructurada con preguntas abiertas. Para su desarrollo se ha llevado a cabo una revisión sistemática de los conceptos y términos que pueden estar inmersos en las emociones y sentimientos, en este caso, en el sentimiento de hispanidad.

Se ha profundizado en los conceptos básicos y fundamentales de aquellos aspectos psicológicos que influyen en la creación y mantenimiento del sentimiento de hispanidad, abordando todas estas características de la psique humana que se hallan íntimamente relacionadas con la identidad y el sentimiento de pertenencia a una nación.

Objetivos

Los objetivos de este trabajo, si bien son claros, es necesario dividirlos en dos. El primero se dirige a la creación de un marco teórico que sirva de base para sustentar futuras investigaciones relacionadas con el ámbito de la hispanidad y de las creencias y actitudes hacia la nación. El segundo objetivo consiste en la creación de una entrevista que permite respuestas abiertas para valorar las actitudes y creencias existentes sobre la nación y, de este modo, recoger las opiniones de los sujetos permitiendo la libre expresión de pensamientos para reivindicar el papel que la subjetividad humana juega en la emoción, en la cognición y en la conducta.

Definiciones fundamentales

Antes de entrar en la materia de analizar el concepto objeto de esta revisión, parece conveniente definir país, nación, estado y patria porque el análisis que nos ocupa desborda la mera conquista y colonización de una parte del mundo por nuestro país. Para ello hemos recurrido al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE).

  • País (RAE): Territorio constituido en Estado soberano. Territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado.
  • Nación (RAE): 1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno. 3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
  • Estado (RAE): 5. m. País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios. 6. m. Forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio. 7. m. Conjunto de los poderes y órganos de gobierno de un país soberano. 8. m. En ciertos países organizados como federación, cada uno de los territorios autónomos que la componen.
  • Patria (RAE): 1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.

Historia del nombre de España

Nuestra nación ha sido llamada de diversas formas, hasta llegar a la actual España, por los distintos pueblos que han pasado por ella. Esta peculiaridad ha configurado las características de la tradición cultural hispana.

Parece sentado que el primer nombre conocido le fue dado por los fenicios, pueblo procedente de lo que hoy corresponde al Líbano y que en su actividad comercial y marítima llegaron a la Península Ibérica. La primera colonia que fundaron los fenicios aquí, según los historiadores griegos y romanos Timeo y Veleyo Patérculo, fue Gadir-actual Cádizen el 1.106 a.C. (Sordo, 2013). A estas tierras las llamaron Ispnya, que aparece en una inscripción ugarítica, una de las ciudades estado vinculadas a la cultura fenicia situada al norte del Canaán.

En esa época se encontraba ya en ese territorio el pueblo tartesso, al menos en la parte sur del territorio, y se encuentras referencias de sus ritos funerarios entre el II y I milenio antes de Cristo, con enterramientos con armas (SORDO, 2013). Las minas de la zona de Tartessos eran ricas en estaño, necesario para fabricar las armas de bronce y que escaseaba en el Mediterráneo. También, teniendo como referencia las colecciones de Carambolo o Aliseda, trabajaban el oro y la plata para realizar ajuares de gran belleza (FERNÁNDEZ, 2018).

El origen de Ispnya tiene 3 interpretaciones:

  1. Tierra de conejos. «De origen púnico se dice ser el nombre de Hispania, que en lengua fenicia significaba ‘tierra de conejos’» (Lapesa, 1962). Proviene de que Samuel Bochart, en 1674 y a partir de una obra de Gayo Valerio Catulo en la que llama a España cuniculosa (‘conejera’), propuso que de ahí podría la palabra “España”. Supuso que en hebreo (lengua emparentada con el fenicio) la palabra sph(a) n podría significar ‘conejo’, animal poco conocido por ellos y que abundaba en extremo en la península (CERVERA, 2019).
  2. Tierra del norte. Cándido María Trigueros defendió en la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona en 1767 que Hispania vendría del fenicio *sp(a)n ‘norte’, *I-Span-ya sería ‘isla del norte’ o «tierra del norte», ya que los fenicios habían llegado a través de la costa africana (al sur de la Península Ibérica). Por tanto, «spn» («sphan» en hebreo y arameo) significaría en fenicio “el norte” (CERVERA, 2019).
  3. Tierra donde se forjan metales. La teoría más aceptada en la actualidad. Jesús Luis Cunchillos y José Ángel Zamora, expertos en filología semítica del CSIC sugiere que, ya que «spy» en fenicio (raíz de la palabra «span») significa batir metales realizaron un estudio filológico comparativo entre varias lenguas semitas y llegaron a la conclusión de que la hipótesis más probable sería *I-span-ya, ‘isla/ costa de los forjadores o forjas (de metales)’, ‘isla/costa donde se baten o forjan metales’. La raíz del término span es spy, que significa ‘forjar o batir metales’. Estos investigadores determinaron que el nombre tiene su origen en la enorme fama de las minas de oro de la Península Ibérica en esa época (CUNCHILLOS y ZAMORA, 1997).

Hispania, con el que los romanos designaban al conjunto de la península Ibérica, no aparece hasta el 200 a.C. en los Anales de Ennio, como equivalente de Iberia (preferido por los autores griegos). España se deriva fonéticamente de Hĭspanĭa a través de evolución fonética y al principio siguió conservando el matiz puramente geográfico. Desde finales del siglo XII, se generaliza el uso del nombre de España para toda la Península, sea de musulmanes o de cristianos. Así se habla de los cinco reinos de España: Granada (musulmán), León con Castilla, Navarra, Portugal y la Corona de Aragón (cristianos) (FERNÁNDEZ, 2018).

Evolución del término Hispanidad

El concepto de Hispanidad comienza a tomar forma en España cuando se pierden los últimos territorios españoles en América. No se trata ya sólo de creencias o ideologías sino de algo vivo que evoluciona día a día y que se proyecta hacia el futuro. Nace así el concepto de Hispanidad.

A pesar de lo relativamente nuevo del concepto, la palabra hispanidad ya aparece en el siglo XVI en el Tractado de Ortographia y accentos del bachiller Alexo Vanegas, impreso en Toledo, sin paginación, el año 1531 (DE VIZCARRA, 1944). En palabras de Zacarías de Vizcarra:

«Tan antigua es esta palabra en su sonido material, que la encontramos en el Tractado de Ortographia y accentos del bachiller Alexo Vanegas, impreso en Toledo, sin paginación, el año 1531 y conservado como preciosidad bibliográfica en la Biblioteca de la Real Academia de la Lengua. “De los oradores –dice Vanegas– M. Tull. y Quinti. son caudillos de la elocuencia, aunque no les faltó un Pollio que hallase hispanidad en Quintiliano”, &c. (segunda parte, cap. V)» (De Vizcarra, 1944). Aunque las coyunturas conducentes a hablar sobre hispanidad son decimonónicas, el término como se entiende actualmente aparece en el siglo XX.

El ser hispánico creó las realidades históricas del Nuevo Mundo y su identidad heterogénea entre 1492 y 1824 sobre: 1) la espiritualidad del humanismo español y la evangelización cristiana, 2) el código jurídico y humanístico de las Leyes de Indias, 3) la dirección del Estado monárquico sobre la experiencia política americana. Sobre estos cimientos, a lo largo de 3 siglos de convivencia y mutua cesión cultural, se originó la hispanidad (Campos, 2014). A mediados del siglo XIX se fue generando un cambio de actitud de España respecto de Hispanoamérica y viceversa, gracias a diversos factores: intercambios comerciales, preocupación por los conceptos de raza, fraternidad y comunidad hispánica (opuestos al estilo de vida y cultura nórdicos y anglosajones), publicaciones periódicas como El Museo Universal (1857-1869), La Ilustración Española y Americana (1869-1921) y La Academia. Revista de Cultura Hispano-portuguesa Latinoamericana (1877-1879), extensión de las Reales Academias de la Lengua e Historia sobre temas culturales, filológicos, lingüísticos, religiosos, científicos e históricos (CAMPOS, 2014).

El término Hispanidad, con la concepción moderna de este concepto, fue acuñado en torno a 1910 por D Miguel de Unamuno en Argentina, en un sentido histórico y cultural.

El 11 de marzo de 1910 publica Miguel de Unamuno un artículo en el periódico La Nación, de Buenos Aires, titulado «Sobre la argentinidad», que comienza: «En mi correspondencia anterior, primera de las que dedico al libro de Ricardo Rojas La restauración nacionalista, libro henchido de sugestiones, usé de dos palabras que ignoro si han sido o no usadas ya, pero que ciertamente no corren mucho. Son las palabras «americanidad» y «argentinidad». Ya otras veces he usado la de «españolidad» y la de «hispanidad». Y los italianos emplean bastante la voz italianitá.» (UNAMUNO, Contra esto y aquello, Renacimiento, Madrid 1912).

El artículo completo está disponible en el número 110 de la Revista Ábaco.
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