Extracto del artículo publicado en el nº 120-121 de la Revista Ábaco

Marcos Ros Sempere
Doctor Arquitecto
Diputado al Parlamento Europeo

La Unión Europea es percibida por una parte de la ciudadanía como un ente alejado de sus necesidades e intereses, y nada más lejos de la realidad. Europa se construyó como un proyecto para construir la democracia y la paz acercando a las personas, y de esta misma voluntad da fe el informe sobre la Agenda Territorial 2030, aprobado con una amplia mayoría por el Parlamento Europeo el 16 de enero de 2024. Este informe dará impulso a un progreso más integrado de las comarcas y las regiones en el seno de la Unión Europea.

El Parlamento Europeo ha sido realmente consciente de la importancia que el desarrollo territorial tiene para la Unión Europea. Y, por supuesto, que su implementación debe coordinarse con las políticas urbanas. Además, la Agenda Territorial 20302 debe jugar un papel clave y ser, más allá de una guía, un marco de referencia para el desarrollo territorial integrado y la gestión de los fondos de la política de cohesión. Y todo ello garantizando una cogobernanza transversal, una buena financiación y una revisión eficaz.

Justificación: urbano versus rural

Antes de entrar en detalles sobre el texto y sus intenciones, es necesario reflexionar sobre la importancia del desarrollo territorial y su presencia en las instituciones europeas.

Para empezar, debemos tener claro que la Unión Europea es la responsable de proponer y desarrollar los fondos regionales y la política de cohesión: un asunto estrechamente ligado al territorio y sus grados de desarrollo.

Además, existen multitud de herramientas e instrumentos que tienen como objetivo común poner en el centro la implementación de políticas urbanas: Agenda Urbana Europea, Iniciativa Urbana Europea o las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI).

En esta línea, durante la IX legislatura comprendida entre 2019 y 2024, la legislatura del Green Deal, las instituciones de la UE han realizado un esfuerzo extra centrado en materia de sostenibilidad urbana, movilidad y entorno construido: la continuidad de la actividad del Intergrupo de Asuntos Urbanos en el Parlamento Europeo, la adopción de las revisiones de la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios o del Reglamento de materiales de construcción, o el nacimiento de la Nueva Bauhaus Europea, son solamente algunos ejemplos de esta apuesta.

No obstante, todo este esfuerzo no debería quedar concentrado solamente en las zonas urbanas y los núcleos de población: no podemos considerar las ciudades y los entornos urbanos como islas. Todos los tejidos urbanos forman parte de un territorio y responden a sinergias que van más allá de las propias.

Contexto: ¿qué se ha hecho en relación al territorio a nivel europeo?

Si nos preguntamos cuál ha sido el trabajo previo realizado en cuestiones de planifi cación y ordenación del territorio a nivel de las instituciones europeas, está claro que sin duda el principal documento a seguir es el de la Agenda Territorial Europea. En concreto la Agenda Territorial 2030. Renovada después de diez años de la publicación del primer documento, llamado Agenda Territorial 2020, esta nueva versión constituye la base acordada por los Estados Miembros para continuar trabajando de la mano de los instrumentos para el desarrollo territorial. Además, esta nueva versión contiene una clara referencia al papel fundamental del Parlamento Europeo:

(71) Se invita al Parlamento Europeo a tomar nota de la Agenda Territorial y a tener en cuenta sus prioridades en la Comisión de Desarrollo Regional (REGI) y en otras comisiones e intergrupos con una dimensión territorial. Esto puede implicar la defensa de las prioridades de la Agenda Territorial en los procesos legislativos de la UE.

Pues bien, a pesar de esta llamada de atención a la eurocámara, en los últimos diez años de actividad parlamentaria apenas hay tres informes de esta institución realmente relacionados con el territorio o el urbanismo:

  • Optimizar el papel del desarrollo territorial en la política de cohesión (2013)
  • La dimensión urbana de las políticas de la UE (2015)
  • El papel de las ciudades en el marco institucional de la Unión (2018)

El informe de 2013 profundiza de forma más detallada sobre cómo reforzar el territorio desde una perspectiva europea, apoyando una mayor integración de los fondos y detallando propuestas para los Desarrollos Locales Participativos (DLPs) y las Inversiones territoriales Integradas (ITIs). Las otras dos resoluciones apenas mencionan la importancia de la relación con el territorio y su desarrollo, y si lo hacen es desde una visión más urbana.

Marco actual: el Marco de Disposiciones Comunes y la Agenda Territorial 2030

Ante este escenario de ausencia de posición por parte del parlamento en los diez últimos años, es necesario conocer con detalle cuál es el marco actual para debatir la implementación del desarrollo territorial a través de las políticas de la UE.

Por un lado, tenemos que hablar del Reglamento de Disposiciones Comunes para el actual periodo de financiación7. Propuesto por la Comisión Europea en 2018, este texto establece disposiciones comunes para siete gestiones compartidas, entre ellas el Fondo de Cohesión, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y el Fondo Social Europeo Plus. En su Título III y Capítulo II encontramos las herramientas que se definen para el desarrollo territorial: la definición del desarrollo territorial integrado, las estrategias territoriales, los grupos de acción local… Y, sobre todo, las dos principales herramientas utilizadas para invertir fondos en desarrollo territorial: la Inversión Territorial Integrada (Integrated territorial investment) y las Estrategias de Desarrollo Local Participativo (Community-led local development strategies).

Por otro lado, tenemos la ya mencionada Agenda Territorial 2030, que establece las prioridades territoriales para lograr una Europa justa y verde. Para estos dos objetivos generales define tres prioridades desarrolladas en el capítulo tres, que deben ser siempre tenidas en cuenta:

  • Para una Europa Justa, promover una Europa equilibrada, las regiones funcionales e integración más allá de las fronteras.
  • Para una Europa Verde, promover un Entorno Saludable, la economía circular y conexiones sostenibles.

Además, esta Agenda Territorial 2030 propone una serie de proyectos piloto como formas de aplicar sus criterios. Un total de ocho proyectos promovidos por diferentes Estados miembros han servido o están sirviendo de demostradores sobre cómo abordar diversos retos como los enfrentados por las regiones rezagadas o los lugares pequeños; o los desafíos de la planificación transfronteriza, la lucha contra los desequilibrios, la acción por el clima y la preservación del suelo. En definitiva, una variedad representativa de los diferentes problemas afectando al territorio europeo.

Emprendiendo acción: informe por parte del Parlamento Europeo

Conociendo todo este trasfondo, desde la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo se decidió dar un paso al frente: era el momento de proponer un texto que fijara la posición de esta institución sobre los nuevos pasos que debe dar el desarrollo territorial en la Unión Europea.

En términos prácticos, el Parlamento Europeo tiene la labor de ejercer la función de control al gobierno de la Unión Europea; es decir, a la Comisión Europea. En este sentido, se propuso desarrollar un informe que sirva a la Comisión para guiar sus pasos sobre lo que están demandando los ciudadanos y las regiones de la Unión. Un informe sobre la implementación del desarrollo territorial contenido en la Política de Cohesión, y su contribución al desarrollo de la Agenda Territorial Europea 2030.

Este informe señalaba, por ejemplo, que en el periodo 2014-2020, tan sólo el 28 % de las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) se aplicaron a través de Inversiones Territoriales Integradas. Esto quiere decir que la gran mayoría de las EDUSI tienen un carácter puramente urbano o local, y que no afectan a los territorios circundantes.

En el mismo se anima a utilizar los resultados del informe de evaluación de 2024 del periodo 2014-2020 para apoyar los programas del periodo 2021-2027, así como a promover una ordenación estratégica del territorio que tenga en cuenta los territorios en su conjunto: más allá de las áreas urbanas, metropolitanas o funcionales.

Por otro lado, señala la necesidad de un cambio de paradigma en la implicación de las autoridades locales y regionales en las herramientas territoriales, defendiendo una mayor participación.

Respecto a la Agenda Territorial 2030, el Parlamento acoge con satisfacción las acciones piloto que se han desarrollado y pide que se siga invirtiendo en ellas, pero mejorando su equilibrio geográfico: actualmente gran parte de las mismas se sitúan en varios países centro europeos, existiendo mucho territorio por abarcar. Además, pide a los Estados miembros que desarrollen sus agendas territoriales en consonancia con la Agenda Territorial 2030 como base para la programación de sus estrategias territoriales; Por último, respecto a la involucración de agentes clave, el texto pide a la Comisión Europea que aumente su implicación en la política territorial a través de la política de cohesión, reforzando la gobernanza de las regiones para promover la cohesión y la micro-cohesión cubriendo las particularidades de cada región.

En resumen, lo que ha demandado el Parlamento Europeo en este informe son tres cosas fundamentales. La primera es hacer de la Agenda Territorial 2030 un marco de referencia que ofrezca directrices concretas adaptadas a los territorios de la UE. De esta forma, se ofrece una oportunidad de vincular la financiación regional a la consecución de sus prioridades. Esto también se puede lograr a través del desarrollo por parte de la Comisión Europea de indicadores que vinculen la Agenda Territorial 2030 y la utilización de los fondos de la política de cohesión, en particular del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

En segundo lugar, es necesaria una financiación estable para la Agenda Territorial, a través de una asignación de fondos o earmarking como el que ya dispone la Agenda Urbana Europea del 8%. Esto debe ir acompañado de la creación de una nueva metodología propia y vinculante para la Agenda Territorial.

El artículo completo está disponible en el número 120-121 de la Revista Ábaco.
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