Extracto del artículo publicado en el nº 101-102 de la Revista Ábaco

Miguel Ángel Álvarez Areces
Licenciado en Ciencias Económicas Universidad de Santiago de Compostela
INCUNA (Industria, Cultura y Naturaleza)

El viaje es siempre un desplazamiento que implica una salida, pero que también está destinado a volver al punto de partida. A partir de una visión de las rutas transnacionales del azogue y de la plata, cuyas evidencias son hoy patrimonio universal por la UNESCO: el Camino Real de Tierra Adentro, las Rutas del Inca, los caminos de Potosí a Buenos Aires, las rutas marítimas entre América, Asia y España, proponemos unos itinerarios por los caminos de la plata, nexos de unión entre las personas y pueblos, para el fomento y conservación del patrimonio y también de las expresiones de nuestra cultura material e inmaterial.

Diez meses separan la toma de Granada de la llegada de Cristóbal Colón al mar Caribe acontecidos ambos hechos en el año 1492, Vincent se preguntaba si es azar o existe una consecuencia lógica de ligazón o relación entre estos acontecimientos. Pocos años más tarde otros hechos darán lugar a que España se convierta en la mayor potencia del mundo, y no serán ajenos a esta situación un cúmulo de hechos producto de azarosas circunstancias. Nos referimos a la explotación de la plata en tierras americanas que provocaron impactos ecológicos muy importantes y otros de carácter colateral que indujeron cambios notables en lo tecnológico, social, económico y cultural. Todo ello será fundamento de unos nuevos caminos, rutas e itinerarios, de ida y vuelta, entre los llamados: “viejo y nuevo mundo”. La conquista de México por Hernán Cortés y la destrucción del imperio inca por obra de Francisco Pizarro en   el periodo 1519 a 1535 ocasionó que el imperio colonial español creciera de forma impresionante, más que cualquier otro imperio anteriormente en la historia.

España disfrutó de un cúmulo de golpes de fortuna entre los años 1536 y 1566, en las colonias españolas se produjo una secuencia de hechos impensables, España pasó de ser un país de segundo o tercer orden a ser el país más rico y poderoso del mundo, tal como analiza Cipolla. Las ciudades o lugares de Almadén, Potosí, Zacatecas y Huancavelica adquieren relevancia excepcional para entender lo que fue el soporte material y el desarrollo del imperio y la corona española. Sin ellos nada hubiera sido posible. Potosí hacia el año 1600 era la ciudad más populosa del continente americano con 160.000 habitantes. Miguel de Cervantes, acuñaría el dicho de «vale un Potosí», para reflejar la inmensa riqueza que atesoraba este lugar y su cerro rojo. La historia económica de la plata americana y el azogue español de Almadén nos dan el relato y eje interpretativo de un conjunto de rutas e itinerarios que portaron en el curso del tiempo a personas, técnicas, industrias y cultura material, con aquellos contingentes que desde el siglos XVI a XIX nos dieron curso de guerreros de la religión, las milicias y las artes, ocasio- nando en sus prácticas sociales y políticas una especial relación con la naturaleza, con resultado de tremendas consecuencias, en ocasiones demoledoras, y de cuyos resultados seguimos siendo tributarios al día de hoy .

El sueño de la plata americana: el arte de la geometría subterránea y su impacto ambiental

Cuando Cristóbal Colón realizó sus viajes, en sus objetivos y sus sueños se vislumbraba una motivación especial en encontrar, y a ser posible conquistar, tierras ricas en oro y plata. Para ello los expedicionarios fueron capaces de realizar los mayores sacrificios y también las mayores crueldades. Tras el primigenio saqueo a los indios, tuvieron que dedicarse posteriormente a una actividad diferente, para ello se convirtieron en emprendedores mineros.

La Pachamama, la madre tierra, la naturaleza y el entorno, las cosas cotidianas, las plantas, los animales, la geografía y la ecología son aspectos comunes que vinculan a estas culturas. Los conquistadores españoles en su ansiosa búsqueda de riquezas impusieron leyes, costumbres, vencieron y sometieron a distintas civilizaciones, nunca vieron en la tierra el elemento de supervivencia, tal como lo veían los indios. Su planteamiento vital era meramente de estar un tiempo limitado no consideraban la recuperación y aprovechamiento racional de la tierra. La propia explotación minera es una agresión del hombre a la naturaleza en cualquier situación, y en aquellas circunstancias también.

Pérez Miguel estima que la llegada de los españoles no produjo efectos tan directos entre los mayas, como fue en el caso de los aztecas e incas, ya que habían sufrido previamente el ataque de los náhuatl, sin embargo el choque de culturas fue igualmente dramático para todos. El cálculo de la población indígena en América en el momento de la llegada de los europeos, según estimaciones disponibles van desde los once a los trece millones a otras que llegan de noventa a cien millones de personas, hoy sigue siendo un motivo de polémica. La agricultura intensiva era la base principal de la subsistencia de los aztecas para todo el valle de México, como la de los incas por lo que se convirtió también en el principal motivo de trueque en las rutas comerciales utilizadas, sobremanera en los mexicas. Los principales cultivos eran el maíz base del sustento, fríjoles, jitomates, batata, pimientos, pescado y algunas veces carne.

Los incas construyeron una red viaria de 25.000 km a lo largo de los Andes. La vinculación entre la tierra, el agua y el Inca, en su organización político-social, fue el triángulo en que se asentó las condiciones de progreso de su sociedad. Los incas tuvieron un sistema productivo basado en dos estrategias. Una era el equilibrio ecológico y la otra era el sistema peculiar de conocimiento de los elementos integrantes del sistema y de sus relaciones entre sí, todo ello aplicado a la ciencia y tecnología productiva.

Hechos culturales de enorme importancia histórica y que se relacionan con lo aquí tratado sobre la plata aún continúan siendo incomprendidos. Desde tiempos prehispánicos el indio del altiplano ha mascado la coca y ha aprovechado sus nutrientes. La desnutrición sería mayor sin estas hojas, que mezcladas con cal o yifta que los nativos llevan en unas bolsas con la propia saliva y que fueron alivio y soporte de los duros, casi inhumanos, trabajos en las minas de plata y mercurio.

El artículo completo está disponible en el número 101-102 de la Revista Ábaco.
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